Fundadora de las Esclavas de la Santísima Eucaristía
M. Trinidad, nació en Monachil, pequeño pueblo de Granada (España) el 28 de enero de 1879, y fue bautizada a los dos días de nacer, con el nombre de Mercedes. Era hija de Manuel Carreras y Filomena Hitos, familia ejemplar y profundamente cristiana.
Su vida estuvo marcada por la Eucaristía, el encuentro de Mercedes con el Señor, el día de Pentecostés de 1886 fue decisivo en su vida; la Eucaristía fue el eje de su existir.
Todavía muy niña, sufrió la pérdida de su madre quien encomendó sus hijos a la protección de la Virgen de los dolores. Esta vivencia quedó grabada en Mercedes y, desde sus ocho años, no la abandonará jamás.
La muerte de su madre, cambió el rumbo de su vida, pues su padre y su abuelita decidieron internar a Mercedes y a su hermana Pepita, en el Colegio de Sta. Inés para que las Religiosas atendieran a su educación. Allí permanece Mercedes hasta los catorce años, con un único deseo: «Prepararse para hacerse cargo de su padre y hermanos».
Sin embargo en esos años, en ambiente propicio de contacto con la Eucaristía, se va forjando una vocación: «Ser toda de Dios».
Una vez de regreso en Monachil decide entrar a las Capuchinas de S. Antón en Granada, orden contemplativa de gran austeridad.
A pesar de la petición de su padre de retrasar la entrada se fija la fecha para el día 28 de julio de 1893. Desde el comienzo se somete a las austeridades de la Regla y a largos tiempos de oración.
Después de tres años de luchas y dificultades, la Comunidad le acepta para que tome el hábito el 21 de Noviembre de 1896, y recibe el nombre de Sor Trinidad del Purísimo Corazón de María.
Sus vivencias en la Vida Religiosa le van haciendo concebir algunas transformaciones en los monasterios: un Noviciado común para los monasterios de Capuchinas y una Abadesa General, como ya tenían los Capuchinos, pero su afán fundamental era la Eucaristía, implantar la adoración permanente a la Eucaristía y la participación en la Sagrada Comunión, llevar las almas a la Eucaristía.
Empezó a difundir entre las monjas su entusiasmo por la Eucaristía y la idea de solicitar la Adoración perpetua, pero no tuvo éxito. .
El 16 de julio de 1908, la Comunidad la elige como Abadesa en S. Antón. Del 19 al 20 de marzo de 1912, durante la celebración del 7º centenario de Sta. Clara, después de recibir la Comunión, M. Trinidad siente que de nuevo Jesús le pide adoradoras, aunque la comunidad se sigue negando a esta nueva exigencia.
En 1916 tuvo una nueva iluminación interior, el Señor le mostró un convento de Capuchinas Adoradoras, pero no era S. Antón, y entendió que le pedía una fundación en otro lugar. En 1920, fue elegida nuevamente Abadesa; es en esta época cuando le surge la idea de acoger niñas a las que educar y acercar a la Eucaristía.
A principios del año 1921 el arzobispo de Granada D. Vicente Casanova y Marzol visitó a la M. Trinidad y la estimuló a seguir adelante para lograr que las religiosas aceptaran la adoración permanente en S. Antón. Al ver que las monjas seguían sin aceptar la orientó a salir y le ordenó que redactase las Constituciones, con Adoración permanente y admisión de niñas para su educación.
Por fin el 11 de abril de 1925 salen hacia Chauchina doce Religiosas, presididas por M. Trinidad. Ellas constituían la primera Comunidad de Capuchinas Adoradoras. La Comunidad fue creciendo y el Sr. Arzobispo propone a M. Trinidad una nueva fundación en Berja (Almería). Así es como la Congregación va extendiéndose según los ideales de M. Trinidad.
El CARISMA se va definiendo:
Espíritu de Pobreza y Sencillez, espíritu de Adoración, dedicación a la educación de niños y jóvenes.
La Congregación, como su nombre manifiesta tiene una espiritualidad FRANCISCANA, EUCARÍSTICA Y MARIANA: “ESCLAVAS DE LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA Y DE LA MADRE DE DIOS”.
Los tres amores de su vida: LOS NIÑOS, MARÍA, LA EUCARISTÍA ESTABAN SIENDO CONTEMPLADOS EN LA FUNDACIÓN DEL INSTITUTO.
Como consecuencia de la guerra civil española M. Trinidad traslada a sus monjas a Portugal, así la Congregación se extiende también por este país.
En octubre de 1942, las Constituciones son aprobadas «ad experimentum» por siete años; y ya cuando M. Trinidad sentía que sus fuerzas físicas se acababan por el cáncer que padecía el día 10 de enero de 1949 recibe un telegrama de Roma que le comunica la «Aprobación Definitiva de las Constituciones»; es la respuesta de la Iglesia que ratifica que la obra es de Dios. Ya puede partir tranquila y entona el «Nunc dimittis”, M. Trinidad muere el 15 de Abril de 1949, después de enviar a sus hijas a fundar en América.
A los trece años de su muerte, el 11 de abril de 1962, su cuerpo, que se descubrió incorrupto, es trasladado a la Casa General, en Madrid. Allí está colocado junto a Jesús Eucaristía.
Actualmente la Congregación se extiende por Europa, Africa, América y Asia.